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Banfield lo dio vuelta en una ráfaga y venció a Gimnasia

El Lobo se imponía con un grito de Sánchez, pero el Taladro lo revirtió con goles de Nacho Rodríguez y Giménez.

Los cambios pueden cambiar la dinámica, el ritmo, el curso y también el resultado de un partido. Para bien, pero también para mal. Eso fue lo que pasó en La Plata. Banfield ganó el encuentro por la reacción, la inteligencia y la acertada lectura que tuvo Julio César Falcioni a la hora de realizar las variantes. Gimnasia lo perdió porque las modificaciones no le salieron bien a Leonardo Madelón. Y la derrota desató la bronca de sus hinchas, que estallaron con un canto que bajó desde las tribunas y reflejó la bronca por una campaña en la que el equipo nunca terminó de despegar. “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, fue el grito que atronó sobre los tablones del Juan Carmelo Zerrillo.

El Lobo madrugó a todos en el Bosque gracias a un gol tempranero de Felipe Sánchez, quien contó con un guiño de la fortuna: la pelota le picó tras un corner, le pegó de zurda y tomó un efecto extraño que la envió directo a la red por encima de Barovero. Una vez en ventaja, el local procuró aprovechar los espacios que dejó un Taladro que se vio obligado a salir. Milton Giménez y Sepúlveda tuvieron situaciones claras para empatarlo en antes del cierre del primer tiempo, pero no lograron definir. Y los de La Plata casi estiran la ventaja, pero Domínguez se perdió un gol tras un centro venenoso de Castro.

En el complemento, Madelón sacó a Castro y De Blasis, los dos jugadores más pensantes a la hora de sostener la pelota. La idea fue conservar la ventaja, aferrarse y aguantar los últimos embates del adversario. Falcioni, viejo y portentoso baqueano, tuvo pericia y olfato. Interpretó bien el partido y, con los ingresos de Núñez, Matías González y Rivera le imprimió otro nivel de agresividad a su equipo para ir por todo. El Lobo se desmoronó en una ráfaga: Nacho Rodríguez selló el empate tras capturar un rebote y, una vez que movieron del medio, Giménez aprovechó un error garrafal de cabral para estampar el segundo.

Ambos se despidieron del torneo. Uno de forma decorosa. El otro, de la peor manera.


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